Antes de la Guerra Civil, en Manhattan, parte de la ciudad de Nueva York, vivía la población más grande de afroamericanos de todo Estados Unidos. Los afroamericanos tenían derecho a poseer una propiedad y pagaban impuestos. Pero en los medios de transporte había segregación, es decir, los habitantes afroamericanos y los blancos viajaban separados. En 1854, para trasladarse por Nueva York, la gente viajaba en grandes tranvías tirados por caballos.
El 16 de julio de ese año, Elizabeth Jennings, una maestra de 24 años, quería tomar un tranvía para ir a la iglesia. Algunos tranvías tenían carteles que decían “Se permiten personas de color”. Otros no tenían carteles. Elizabeth intentó subirse a un tranvía sin cartel. El conductor le dijo que el tranvía estaba lleno. Ella le mostró que había asientos libres. Luego él le dijo que los demás pasajeros no querían que ella se subiera. Por último, el conductor intentó obligarla a bajarse del tranvía. Jennings se resistió.
Al día siguiente, se reunieron muchas personas en su iglesia para mostrar su apoyo a Jennings. Pero Jennings no se contentó con eso. Contrató a un abogado e inició un juicio contra la compañía de tranvías. A comienzos de 1855, la justicia falló a favor de Jennings. En 1860, se abolió la segregación en todo el sistema de tranvías y trenes de la ciudad.
Y tú, ¿qué piensas? ¿Cómo describirías a Jennings? ¿Qué te lleva a describirla de esa manera?
Photo Credit: The Miriam and Ira D. Wallach Division of Art, Prints and Photographs: Print Collection, The New York Public Library [54350].